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lunes, 21 de noviembre de 2016

Mi diario

Esperó, como siempre, a que sonara es estruendoso portazo. Despacio, abrió el cajón donde hacía tiempo había fabricado su escondite perfecto. Fue cuando se percató de que ya no había más hojas en las que escribir, por lo que  decidió  leer lo que le había acontecido en los últimos meses.  No se reconoció, hubo de volverlo a leer. Las lágrimas de sangre emborronaron las palizas, el horror de la protagonista. Se vistió, se escondió bajo su maquillaje y salió dispuesta a comprar otro diario donde esta vez escribiría cosas hermosas, a la vez que se desechaba del maquillaje para siempre.

martes, 10 de noviembre de 2015

Recuerdos

Desde pequeña soñaba con volar como los pájaros, izándose tan alto que pudiera comerse el mundo que se encontraba bajo sus pies.  
Desde allí arriba lo podría controlar todo, dirigir su vida, comerse el mundo observando  todo aquello que estuviera bajo sus manos.
Ahora, ya adulta, contemplaba el pichón que aprendía a dar sus primeros vuelos, cuando recordó lo que amaba la libertad que después de  conocer a su pareja había perdido.
Se colocó en el alfeizar de la ventana  de la habitación en la que se encontraba recluida  y emulando al pajarillo empezó a volar.

jueves, 13 de noviembre de 2014

No más

Me levanté, como cada día, cuando él ya se había ido. Frente al espejo limpié los restos de la sangre seca que aún quedaban en mi cara. Me maquillé intentando eliminar las marcas que la cubrían. Pronto me quitarían la escayola del brazo izquierdo, pero no era por ella el dolor que sentía, tal vez no sería la última, sabía que la sucederían otras. En mi cabeza todavía resonaban los insultos de la última noche. Intentando evadirme de la realidad puse la radio. La canción de Bebe, Malo Eres, sonaba con fuerza. Por primera vez escuché su letra detenidamente. Preparé las maletas y hui. De ello hace más de cuatro años y no he vuelto a sentir dolor.