Sentada en una silla con la espalda recta e inmóvil escucha a una psicóloga que ayuda a mujeres que sufren violencia de género. No es su caso, No es una chica maltratada, nunca le ha pegado. Su marido se porta mal con ella porque se lo merece, le riñe porque le educa, le insulta porque no se ha comportado bien. Le amenaza porque está dolido, le llama en la madrugada porque se siente solo. Habla mal de ella porque no es buena. Le aleja de su familia y amigos porque no la quieren. No vuelve a pensar, no vuelve a justificarle, muere creyendo que eso es amor, cuando el la mata a la salida de la consulta.