¡Que mi botella sigue llena!
No acumulo tiempo, yo lo saboreo.
Descalzo circula el meandro, tráemelo que me lo bebo.
No hay gravedad que pare el peso de mis intentos.
Los lamentos me son tan ajenos, que ni recuerdo su pozo...
ni siquiera quiero.
Y todas las ferias,
se solapan y me congregan,
se bifurcan y desenredan,
enfilan cada momento que dejó el futuro
para servirse de mis adentros y componer a ratos
las tesituras que narran mis recovecos.
No mes des un número, dame toda una vida...