lunes, 9 de diciembre de 2019

Meandertal

20.000 a.C. La mañana es soleada. Los cazadores recolectores ya están al acecho tras los arbustos, emboscando al animal y centrados en su comida. La tormenta lejana está desatada en el interior de una caverna, de la que emergen alaridos suplicantes. Un macho salvaje sin evolucionar, arrastra a su hembra por los pelos y, tras someterla a una interminable tortura de alaridos y zarpadas, acaba con su vida de un garrotazo. La razón ha sido que el vigoroso semental ha dormido mal esa noche. El día está bonito, pero él lo ensucia saliendo al exterior con la piel ensangrentada de su hembra. No entiende qué ha pasado. Sólo gruñe. Después bosteza.

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