¿Te has leído los labios al pronunciar las palabras con que me invocas? Ve a leer la tinta invisible de lágrimas que se remonta a las ruinas más remotas de su Historia. ¿No tienes ojos? Lee entre líneas. ¿Tampoco tienes tercer ojo? Nosotras lucharemos por nosotras mismas sin volver una sola vez la cabeza en busca del asentimiento tutelar del varón, sea nuestra moralidad para él amoral. Tú siéntate en sus sillas y refleja sus formas mimética. Género es propiedad de palabras, de especie gregaria cosificada quizá, no me incumbe, no me toca: si es por la envoltura cárnica de mi alma, soy pleamar de sangre de carácter sexual, secreto, en embate contra un ceñido corsé que no me deja…