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lunes, 27 de noviembre de 2017

Estaba dormida

Estaba dormida cuando sintió cómo algo pesado caía sobre ella. Pudo percibir la silueta de un hombre, aunque no distinguía su rostro. Las dudas se disiparon cuando el sujeto le tapó la boca y reconoció ese olor intenso. Al principio se quedó paralizada por el miedo, pero luego intentó por todos los medios quitárselo de encima. Comenzó a llorar pero nadie la escuchó.

Él terminó y luego se marchó, no sin antes acercarse a ella diciéndole al oído - Como digas algo te mato a palos- y ella sabía que lo haría.

No lo pensó dos veces; era una chica sensible pero fuerte, como un caballero tras su armadura, frágil pero invencible.

Cogió el teléfono y llamó.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Estaba dormida

Estaba dormida cuando sintió cómo algo pesado caía sobre ella. Pudo percibir la silueta de un hombre, aunque no distinguía su rostro. Las dudas se disiparon cuando el sujeto le tapó la boca y reconoció ese olor intenso. Al principio se quedó paralizada por el miedo, pero luego intentó por todos los medios quitárselo de encima. Comenzó a llorar pero nadie la escuchó.

Él terminó y luego se marchó, no sin antes acercarse a ella diciéndole al oído - Como digas algo te mato a palos- y ella sabía que lo haría.

No lo pensó dos veces; era una chica sensible pero fuerte, como un caballero tras su armadura, frágil pero invencible.

Cogió el teléfono y llamó.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Ver, oir y callar

Hace poco más de un año, mientras paseaba a mi perro, oí los grutos de  una madre y un hijo; sobre todo los insultos irrepetibles del hijo a su madre y las amenzas y ruído de muebles y otros objetos cayendo. Cuando regresaba, después de cinco minutos todavía se oían los gritos, entonce me crucé con una vecina mía, le hice un gesto con la mirada señalando la ventana de donde procedían los gritos y ella paseó por los labios los dedos índices y pulgar unidos por la yema, como si estubiera cerrando una cremallera.... seguimos nuestro camino.