lunes, 9 de diciembre de 2019

Ciclo con fin

De la misma boca que hace algo más de dos décadas callaba impotente ante insultos, hoy brota un "buenas noches, cariño". 

De las manos que entonces lamentaban no aliviar el dolor de los moratones, ahora nacen caricias espontáneas. 

Los ojos que veinte años atrás eran injustos espectadores de las peores escenas que puede presenciar un niño, hoy son testigos orgullosos de la magia de unos primeros pasos. 

Hoy, un niño convertido en hombre, da esperanza y rinde homenaje sin saberlo -o tal vez sí, quién sabe- a su madre y a las mujeres que como ella fueron, son y serán maltratadas. 

Actúa para que en la frase anterior solo quepa el pasado.

Es un buen marido, será un gran padre.

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