¡El armario! ¡Eso es! ¡Qué gran idea! pensó Julia mientras, apresurada, recogía el dulce botín de golosinas y chocolates que con picardía ocultaba en el último cajón de su mesita, una linterna, un libro de cuentos y la pequeña manta a la que desde chiquitina siempre dormía abrazada. Atravesó con tan ligero equipaje la puerta del armario, la cerró con cuidado y al fin, acurrucada en el rincón donde su muñeca ya la esperaba paciente, a la oscuridad suplicó en silencio su amparo, segura de que aquella noche no descubriría su escondite el monstruo que, siempre cauto y sigiloso, en su habitación se colaba para atormentar sus sueños.
La Concejalía de Servicios Sociales, Mujer e Igualdad del Ayuntamiento de San Javier te anima a participar en el concurso que convoca. Así mismo abre un espacio creciente de microrrelatos contra la violencia de género para su lectura. Participa y difunde.
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lunes, 20 de noviembre de 2017
jueves, 24 de noviembre de 2016
Triste sirenita
Acurrucada en la playa, la sirenita lloraba. Se sentía tan sola, tan perdida en ese mundo desconocido y ajeno de pronto tan árido y hostil. Echaba tanto de menos su casa... el olor a sal, las algas, los corales, el hondo y rítmico latido del mar... Todo lo había perdido tras un espejismo de amor del que ya nada quedaba salvo infinitas promesas rotas y un bello príncipe tornado en cruel Barbazul. Tarde se dio cuenta... "Encontraré el camino de regreso", se dijo, al adentrarse lentamente en aquel mar bravío de aguas oscuras y profundas que tanto la había añorado, decidida a no flaquear esta vez. A cada paso se hundía más y más. Su alma, libre al fin, sonreía.
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