Sonreía, me apasionaba, acarciciaba con su mirada y sin darme cuenta, despertaba todas las mañanas en su cama.Primero fueron dos , luego veinte y luego perdí la noción de que algo existía fuera de este tormento, este hórrido agujero con salida tapada a base de insultos y moratones.
Aún así, él me quiere, lo sé, siempre me implora perdón a causa de su impulsividad, me regala flores, bombones, todo cuanto me basta para volver a besarle una vez más.Pero siempre es en vano, nunca me ayuda a huir de sí mismo, me atrae a su carne podrida, a su boca de mentiras, a su corazón con negras manchas, por las pupilas que un día fueron mías y que ahora nunca más hablan.
Lo quiero, luego estoy muerta.
Aún así, él me quiere, lo sé, siempre me implora perdón a causa de su impulsividad, me regala flores, bombones, todo cuanto me basta para volver a besarle una vez más.Pero siempre es en vano, nunca me ayuda a huir de sí mismo, me atrae a su carne podrida, a su boca de mentiras, a su corazón con negras manchas, por las pupilas que un día fueron mías y que ahora nunca más hablan.
Lo quiero, luego estoy muerta.