lunes, 9 de diciembre de 2019

No vuelvas jamás

El anuncio de turrón me recordaba que volverías a casa por Navidad y me invadía la tristeza, la desesperación, el miedo. Sin árbol, regalos, guirnaldas que iluminaran las sombras; ni villancicos, campanadas, risas que amortiguaran el sonido de tu cuchillo trinchando el pavo, tus reproches, el fluir del alcohol que te servías hasta derramarlo. Luego, mi huida, el inocente refugio debajo de la manta, tus gritos, sus súplicas, el estallido demoledor de tus golpes, su llanto ahogado, tus pasos, el chirrido de las bisagras de mi puerta.

Cuánto me alegré de que un día huyéramos, de la casa de acogida, del juicio, de que no volvieras a casa por Navidad nunca más, Padre.

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