miércoles, 4 de diciembre de 2019

El eco del silencio

Mientras mi suegra me pasa la ensalada de la cena de Navidad, yo pienso en que ayer me doblaste el brazo a mi espalda y me tumbaste en la cama. Todos se ríen de tu tradicional chiste -"Mujer tenía que ser"-, yo recuerdo como mordía la almohada para no alarmar a los vecinos. Te veo feliz dándoles a los niños sus regalos; sé que me escuchaste, te dije que pararas, que yo no quería. "¿Por qué estás tan callada hija?", me pregunta mi madre. Dentro de mí se extiende un abismo, aún espero escuchar el retorno de mi grito

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