Corría 1979 en Santiago de Chile, y Verónica, novia errante y bruja se aparecía y desaparecía por las esquinas de Kennedy, entre Américo Vespucio y Gerónimo de Alderete. De ahí los diarios la apodaron “La rubia de Kennedy”. Por las esquinas de la avenida Kennedy, entre Américo Vespucio y Gerónimo de Alderete. Francisco se encontró con Verónica, y se enamoró de ella, pero le contó que su padre le quitaba sus novias, entonces Verónica no fue a la cita, y de esta forma, se ve a un conductor errante que maneja un Chevrolet Opala rojo buscando a una joven alemana.
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