miércoles, 4 de diciembre de 2019

Huérfana


El día amaneció cubierto de nubes plomizas, un presagio aciago de lo que habría de acontecer. Caminaba yo pequeña y vacilante aferrada a la mano cálida y perfumada de mi madre, guía atento y sereno que me reconfortaba por largo que fuera el trayecto. Atisbé la figura torva de mi padre recorriendo la vía en sentido contrario. Contrario, también, al amor y a la dignidad humana, en dirección al destino infausto que marcaron los cortes de su cuchillo en el cuerpo de mi madre. Aquel día de cielos grises la cobardía de un hombre me hizo huérfana de la inocencia.

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