miércoles, 4 de diciembre de 2019

A veces, puta

- Estoy bien, mami. El examen…creo que lo apruebo. Pero bueno, aún no he cenado. Te llamo mañana, un beso.

Enviaba la nota de voz mientras abría la Coca Cola. Necesitaba diluir el sabor amargo del semen en la garganta. A estas alturas ya podía distinguir matices particulares. Quería ganar dinero, y follar se le daba bien. Además, Lucía le había dicho que empoderaba y la había convencido: estaba orgullosa de luchar contra la norma. Lo que no aguantaba eran las miradas de los clientes al darle los billetes, condescendientemente satisfechos. Estaba harta de que el mundo la viese como una vergüenza, y rota por dentro por la sospecha de que quizás tuvieran razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario