Ya no pude aguantar más, sus constantes abusos, golpes, palizas habían acabado con la que una vez fui en antaño.
Reuní todas las fuerzas que me quedaban y sin mirar atrás salí corriendo de aquel infierno. Corrí y corrí sin un rumbo fijo. Me escondí en el bosque donde descansa por fin en paz.
Lo dejé todo atrás tan solo con una frase en mi corazón.
¡Vive! Pues para mí es tarde ya.
Así lo hice viví para contar su historia y la historia de todas nosotras silenciadas y magulladas a lo largo de los años.
¡Por ella y por todas, jamás estamos solas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario