viernes, 9 de noviembre de 2018

Vergüenza

Arrastraba una vergüenza insoportable.

Una vergüenza que le oprimía el pecho y no la dejaba respirar; que maquillaba a diario y de la que no sabía desprenderse; que se había apoderado de ella consumiéndola poco a poco.

Una vergüenza que escondía, que callaba y asumía como propia.

Aquella mañana se levantó y salió a la calle.

¡Que alguien me saque esta vergüenza! - gritó.

Y la calle respondió: "Ahora tu vergüenza es nuestra. Déjanoslo"

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