Sara era una joven de 20 años cuya vida era un desastre. No tuvo una infancia feliz . Nunca supo lo que es el amor, es difícil saber qué se siente cuando ni siquiera tus padres han sabido quererte.
Sólo era cuestión de tiempo que acabara en aquella situación. Enganchada a un monstruo que le menospreciaba, le insultaba y golpeaba. Y aún así, ella sentía que él era todo lo que tenía. Con cada golpe se hacía más y más pequeña. No era capaz de ver la luz. No veía una salida. Aquella mañana se levantó para ir a trabajar como cada día. Solo que ese día no llegó. Agarró el volante con todas sus fuerzas y giró. No más problemas. No más desesperación. No más vida...
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