Nunca más lograrás arrojar sobre mí:
el vacío,
el abismo,
el olvido,
el silencio…
la soledad.
El vacío no volverá a apoderarse de mis recuerdos.
El abismo no absorberá mi dignidad.
No me olvidaré de mi misma; el peor de los olvidos.
Porque…
Transformé el silencio en mi grito desgarrador de libertad.
Encontré a la desconocida en la que me convertí.
¿Quién puede arrebatarme la fuerza del corazón?
Un grito de esperanza rompió el silencio y una mano cálida agarró la mía; la misma que aliviará tu dolor y empujará al vacío a quién no merece respirar el mismo aire que tú.
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