viernes, 9 de noviembre de 2018

Mi princesa

Mi princesa, me llamabas. Mía. De nadie más.

Me hacía sentir afortunada. Incluso llegué a contestarte un "toda tuya" cuando nos abrazábamos y hablábamos en susurros al caer la noche. 

Era tuya. Salía cuándo tú querías, con quién tú querías y dónde tú querías. Los celos te hacían irreconocible. "Lo hace porque no te quiere perder". Si me lo repetía muchas veces cobraba sentido. Me lo creía. 

Tardé en darme cuenta de la realidad. No supe marchar. "Igual no te quiere, pero tú a él sí". No sabía que no se puede querer a alguien sin antes quererte a ti mismo. Que siendo suya había dejado de ser mía. 

Su princesa. Su todo. ¿Y mi vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario