viernes, 16 de noviembre de 2018

La niña que podía volar

Gritos, sangre, golpes, zarandeos y anhelos.

Llantos, heridas, silencios, socorros y duelos. 

Huidas, vacíos, escondites, cicatrices y miedos.

Y también, carne y hueso.

Así era ella, la niña que podía volar, hoy no tenía alas.

De su alma y su vida robadas, sólo quedaban sus sueños. Rotos. Muertos.

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