Otro curso más que se acaba y una sensación agridulce me acompaña. Seguro que podría haber hecho más. Las charlas, los consejos, las actividades de tutoría,… Por más que me he esforzado no me parece que haya sido suficiente. Sigo escuchando frases en bocas de esos niños que me gustaría no oír, sigo viendo comportamientos que no querría ver.
- Profesora,– es Claudia quien me aborda. - Quiero agradecerte todo lo que has hecho por nosotros este curso. Jamás permitiré que me traten mal solo por ser mujer.
La miro emocionada. Ese tipo de cosas son las que me hacen amar mi trabajo.
- Gracias a ti, Claudia. – le digo y observo orgullosa su paso decidido mientras se aleja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario