Recuerdo perfectamente las primeras palabras que me dirigiste. Corrían las navidades de 2015 y, en una fiesta, te acercaste y susurraste en mi oÍdo: "¿Sabes que voy a pedir a los Reyes?...A ti".
Probablemente, hasta entonces, habías sido bueno, pues tu deseo se cumplió y te concedieron tu nuevo juguete: YO.
Un juguete increible, para presumir ante todos, que te limpia la casa, tienes sexo rapido y ofendes y castigas por lo que sea.
Jugando a ganar aquel juego cruel, me perdiste a mi, aunque fue horrible asumir que no era al amor a lo que jugabas,
Aquel dia gané de nuevo mi vida. No soy un juguete. Soy una mujer... y te digo; NO... Contigo no juego
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