Ana acariciaba el cabello de su pequeño Juan, quien sentado a sus pies, dibujaba sobre un papel.
¿Qué dibujas?, cariño.
Mamá, cuando sea mayor seré inventor, ya he pintado mi primer invento, mira.
Ella tomó la cuartilla y no supo distinguir de que se trataba.
¿Qué es lo que has trazado?, no llevo puestas las gafas.
Muy fácil mamá, es el cubo de la basura rosa, así cuando papá llegue enfadado, podrá echar en él todos los golpes e insultos que ahora te da a ti. Luego el camión de la basura se lo llevará lejos de aquí.
Ana, llorando, le besó con ternura y susurró:
Seguro que será el mejor invento del mundo.
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