Lo mejor que puede hacer un hombre cuando ve a una mujer es besar su hijo, acariciar su perro, abrir el paso a la mujer de paso, descargar a la mujer que va cargando, arrimar el hombro a la mujer que se cruje el centro por recuperar a su hijo, besar a la mujer que está enojada, escuchar a la de alma abierta para devolverle ese regalo de la vida. Están en todas partes: la rebelde, la acariciadora, la perseverante, la inquieta, la pensadora, la peleona, la pasional, la motivadora, la que ve la desigualdad y sigue amando.
Aviso: estas mujeres pueden provocar diversión y entretenimiento sano. Es recomendable amarlas a cualquier hora. Y, por supuesto, con toda nuestra garantía.
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