miércoles, 15 de noviembre de 2017

Huyendo del aire

El aire te recuerda a él. Golpea tu cara dejándote indefensa. Amedrentada, sigues caminando. Buscando quizás un camino diferente donde puedas esconderte, pero está ahí, en todas partes, dejando tu corazón helado. Tu pelo enloquece y tus manos gritan furiosas. Cruzas esa calle que te lleve a una calle más protegida, mientras tus ojos lloran. El aire hace verdaderos estragos. Decides parar y fumar un último cigarro. Sí, posiblemente sea el último. Pero no te deja. La llama se apaga. Si al menos pudiese ver el último rayo de sol antes de que el aire golpee de nuevo, piensas.

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