jueves, 9 de noviembre de 2017

Buena chica

Siempre había sido un fantasma, una sombra tras un hombre poderoso cuya vida era mi mundo. ¿Cómo podría sobrevivir de otra forma? Sencillo, no lo haría.

Desde que era pequeña mis padres me enseñaron que para ser una buena chica tenía que aceptar lo que decían sin rechistar, mantener la casa limpia y a papá contento cuando llegaba del trabajo. Las niñas buenas no tienen que saber más que eso; no hace falta que tengan estudios, trabajo o amigos. ¿Para qué necesitas más? Solo aguanta los golpes y reconoce tu culpa, tienes que aprender.

Fue mi padre quien me presentó al amor de mi vida, el hijo de su amigo; el mismo hombre que acabó con ella.

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