Cuando haces uso de tu fuerza demuestras  que eres débil. La desconfianza, los celos y el deseo de posesión son síntomas de  tu inseguridad. Los insultos y las vejaciones forman parte de tu ignorancia. No  sigas. A las mujeres no nos gustan débiles, inseguros e ignorantes. Apostamos  por hombres que construyan mundos a nuestro lado, que compartan inquietudes y emociones,  y que estén dispuestos a participar en la creación de una nueva historia de convivencia en la que la  palabra "maltrato" no tenga cabida. El plazo está abierto. ¿Te apuntas? 
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