jueves, 5 de noviembre de 2015

Triste Realidad


  • No, agente, no creo en la discriminación. No creo que el hombre sea superior a la mujer. ¡Ni mucho menos! Tampoco más, jajaja, usted ya me entiende. Yo la he ayudado siempre en las labores. Para que no se cansase recogía la casa, ponía la lavadora, a veces hacía la comida… Incluso le animaba a que se fuese a casa de sus amigas a tomar algo, que fuese a algún gimnasio… 
  • Pero usted la mató, ¿no?
  • Sí, lo reconozco. Pero no tiene nada que ver con violencia doméstica o discriminación. Sabía que me estaba siendo infiel. Mi reacción fue excesiva, lo sé. No tengo perdón, pero fue por celos justificados, y eso es prueba de amor, ¿o no?

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