No dejes que apaguen tu luz, no permitas que te pisen. Levántate y sigue adelante. Eres hermosa y fuerte y él no puede hacerte daño.
Las cadenas se han soltado, las cicatrices han sanado y las pesadillas no son más que malos sueños que desaparecen con la llegada del amanecer. El monstruo está lejos y ya no puede quebrar tu voluntad. Tu valentía es tu victoria. Eres la princesa herida que envainó la espada y obtuvo su libertad. Libertad para vivir, vivir para soñar. Atrás quedan los golpes, llantos, celos y su locura. Enfrente está lo que pensaste que habías perdido, los sueños que enterraste en lo más hondo de tu alma y que siguen esperándote, deseosos de verte brillar.
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