Mamá es tan torpe, se ha vuelto a caer, aunque esta vez solo se ha roto la muñeca y tiene un par de moratones en la cara. El mes pasado fue peor, tuvo que ingresar con una brecha en la cabeza y el labio partido. Ella dijo que se cayó en la bañera. Los médicos querían llamar a la policía pero ella insistió en lo de la caída. Mi padre no se separó de su lado ni un segundo. A veces no comprendo a mamá, siempre triste, temerosa que parece un pajarillo indefenso. Por eso hoy he decidido hacerle un dibujo y he pintado una gran puerta en la pared por donde pueda salir a la Avenida de la Libertad.
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