¡Hubo momentos que dudé llegar a ser feliz! Querida por mi marido y por mis hijos, superada la treintena estoy en un momento mágico:¡Toda la vida por delante! y con una fuerza y vitalidad que me siento capaz de todo.
-“No me gustan mucho tus amigas”, observó una tarde.
-“Lo cierto es que esos tejanos no te quedan bien”, reprochó otro día.
-“Lo cierto es que esos tejanos no te quedan bien”, reprochó otro día.
¡16 años! Una punzada pinchó mi burbuja de amor juvenil. Intuía que el respeto, la valoración mutua, debían ser requisitos para el amor.
-“He pensado que hagas ‘administración’, la carrera de ‘economía’ es muy larga para ti”, dijo también.
Aquella tarde inicié el camino pero nunca llegué a la cita.
¡Mi marido no es mi primer amor!
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