viernes, 14 de noviembre de 2014

Las paredes oyen, pero no quieren escuchar


Era una vida nueva para María; tanto trabajo duro al fin había servido para algo, se había jubilado y ahora solo quería descansar en su nuevo apartamento. Cuando empezó a escuchar gritos desde el otro lado de la pared se extrañó, y poco a poco se fue enfadando. A ella le daban igual losgritos, solo quería dormir. Se desconectó el audífono y se metió en cama.

No podría describir la cara de María la mañana siguiente, al darse cuenta de que su egoísmo había dado a luz a una oscura culpabilidad que no la dejaría volver a dormir.

“Si golpean a una, golpean a todas”
No los dejes actuar.

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