Mírame, estoy muy cerca de ti… Voy avanzando a duras penas sobre el espejo con mis pies cautivos. Si me resbalo, el cristal se quebrará y es probable que caiga detrás.
Escucha crepitar mis huellas. Un gigante de doble rostro me vigila caminar.
Ven, te pido, para salvar mis sienes del amplio amputar de libertad. De tiranos de engañosas formas quiebra su impune corteza. Abre y sangra esa sórdida caverna, que juro cesar mi estribillo de fado y sonreír victoriosa entre los pedazos, si tu reflejo me mira a través…
Si traspasas y me ves.
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