El director de la revista Fémina escribió que había que respetar el NO a la violencia sexual, el NO a la violencia verbal y el NO a la violencia manual, es decir, que no se debe acceder al sexo con una mujer sin su consentimiento; que no se debe agredir a la mujer con palabras ofensivas o insultantes; y que no se deben imponer manos hirientes contra el cuerpo femenino. Estos tres mandamientos se reducen a uno solo: Amarás a la mujer con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser.
Días más tarde el director de la revista fue juzgado y condenado a prisión permanente no revisable por un tribunal machista.
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