viernes, 9 de noviembre de 2018

Fuego

Cuando se prendieron las cortinas del salón, mamá lo contempló todo con una tranquilidad pasmosa y eso que solo veía con un ojo desde que se cayó. Ni siquiera gritó fuego. Nos cogió a Tito y a mí con el brazo bueno y nos sacó a la escalera. El humo fue llenando la estancia y recuerdo que sonreía, no sé muy bien por qué. Le pregunté por papá y me respondió que dormía desde la mañana.

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