07:00
Mis párpados se abrían, como una persiana eléctrica, lentos, como un motor que no corresponde a su cuerpo.
Mis piernas,
forzadas por la hora, las sacaba de la cama con cuidado de no hacer ningún ruido.
Me senté en la cama apoyando los brazos tensos sobre ella, mirando hacia abajo. Ahí noté el palpitar de mis facciones inflamadas. Mi mente me llamaba tonta todas las mañanas, por permanecer aquí, pero mi cuerpo estaba anudado, como un buen nudo de marinero, a esta casa.
22:30
Hace calor, siento ganas de meterme en un congelador, de comer hielo, de sentir que puedo salvarme. Trago saliva tan fuerte, que hasta él ha notado el miedo.
Me mira,
se enfada,
me pega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario