miércoles, 15 de noviembre de 2017

Las palabras también matan

Nunca pensé, que dolía tanto las palabras como los puñetazos. Nunca imaginé, que aquella telaraña de mentiras iba creciendo en mi interior y expandiéndose hasta llegar a lo más profundo de mi ser, convirtiéndose en miedos inculcados bajo la sombra de un ser desgraciado. Retorciendo mi alma como las serpientes y robando mi libertad. Yo siempre fui una mujer fuerte, valiente y dura, por tu culpa, ahora solo una niña miedosa y con grilletes en las manos ¿Qué clase de animal eres tú que ama y mata a la vez? Desde luego que un hombre, no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario