-¿Por qué lloras?
-Ayer dejé a mi novio.
-¿Después de tantos años?
-Sí. Ya no me quería.
-¿Y tú a él?
-Yo lo quise.
-¿Y qué pasó?
-Dejé de creer en los cuentos de hadas.
-No te entiendo.
-Desde niñas nos transmiten una felicidad impostada, una felicidad sólo plena si es compartida.
Pero a veces el miedo a la soledad se convierte en el miedo al ser querido.
Y tu miedo grita en el silencio, sin que alcance a ser oído.
Aguantas tantos años por todo lo que os ha unido.
Pero me cansé de aguantar a quien tanto me ha herido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario