martes, 10 de noviembre de 2015

La pregunta

Abrió la página web de la policia nacional y empezó a redactar la denuncia. Evitó caer en el morbo de describir cómo sus golpes la tambaleaban, cómo le escupía después de cada insulto, cómo coleccionaba tonalidades de morado sobre su piel. Redactó una denuncia con honor, con orgullo. El poco orgullo que le quedaba tras ver la tristeza en la cara de su hija. El poco orgullo con el que su hijo aceptaba resignado que, una vez más, se había golpeado sin querer.
Rellenó sus datos y casi no recordaba su nombre.
Miró la hora. Él no tardaría en volver.
"¿Desea guardar los cambios?"- le preguntaba un mensaje en el centro de la pantalla.
Y, cómo no, aceptó.

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