Era una noche fría, ella estaba en casa y apagó todas las luces.
Estaba tan preocupada por los monstruos que imaginaba debajo de su cama que pensó que lo único que querían era atormentarla por siempre, y ni siquiera se dio cuenta de que su príncipe se convirtió en uno de ellos. Qué extraño: al parpadear, apareció en el sofá y el sueño había desaparecido, pero la realidad era peor.
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