Hoy no puedes pasar.
Digo esto haciendo una pausa publicitaria entre palabra y palabra al mismo tiempo que mi determinación agujerea todos y cada uno de mis miedos con una broca del cuatro.
Hay escombros de otras mañanas en el suelo.
Hoy me levanté con andamios en la piel.
Dos obreros silban en la almohada y revisan meticulosamente
las juntas de una juventud mal sellada.
Hay pladur en casi todos mis huesos.
Hoy la humedad se filtra por las esquinas de los recuerdos.
Y se despellejan, a tiras, hasta desnudar todas las aristas
que algún día cerqué con papel burbuja.
Hay cinta de doble cara rodeando mi cuerpo.
Todo lo que se siento por fuera,
se repite aquí.
Dentro.
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