Eran las 20.45 h cuando Elvira, que se encontraba de guardia, acudió a toda prisa a comisaría. Allí encontró a José. Estaba detenido por haber pegado a su mujer. Él se justificaba esgrimiendo que había sido una disputa entre ambos, pero cuando Elvira vio los moratones de aquella mujer, supo la verdad.
Ella se encontraba en comisaría intentando retirar la denuncia interpuesta.
Entonces Elvira se aproximó a ella y le dijo: "Los golpes, gritos, humillaciones y el miedo nunca desaparecerán, si lo haces".
Al día siguiente, desde el estrado, Elvira observó a esa mujer sentada en el banquillo de la acusación y supo que había ejercitado la defensa correcta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario