jueves, 13 de noviembre de 2014

Solución final


Viene. Oigo la llave en la cerradura y se reanuda el molesto tic de mi ojo.
Imposible tranquilizarme. Comida, camisas.... ¿Estará todo como a él le gusta?
Odio en su mirada en cuanto cruza la puerta. Tiemblo como una hoja.
La primera bofetada llega, como siempre,  sin avisar. ¿El motivo? ¡Él sabrá!
Es sólo el principio. Nada que no enmascare el maquillaje y mis gafas oscuras.   
Nadie debe saberlo. Es mi problema. Ya me las arreglaré, pienso convencida.
Cada día es más de lo mismo. Ya no aguanto más. Lo solucionaré.
Ignorancia. Ni se lo imagina. Está muy seguro del control que ejerce sobre mí.
Arsénico,  nuevo ingrediente del estofado. Por si sospecha, yo como  también.


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