miércoles, 19 de noviembre de 2014

La presencia de mi ex

Gracias a la vida que, hace muchos otoños, me dio fuerzas para llegar con mis hijos a este lejano lugar, que resultó adecuado para lamerme las heridas, recomponerme y para que ellos tuvieran una cotidianidad tranquila. Gracias por permitir que abandonara la humillación, el servilismo y tantas cosas que no he querido recordar. Gracias, porque en esta ciudad partiendo de cero, y solos, nos hemos forjado una nueva vida. Y por suministrarme el esfuerzo para lograr ser una mujer resistente y completa. 

Pero cuando todas las noches atranco la puerta, echo la llave de seguridad, cierro los dos cerrojos y mis ojos, la vida, no me ha dado el poder para que él, no se cuele en mi sueño.



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