jueves, 20 de noviembre de 2014

La decisión


Me encerré en mi dormitorio, lo hacía cada vez que él volvía ebrio, me sobresalté con el estruendo de los platos al romperse, el sonido de los golpes eran cada vez más fáciles de identificar para mí, una cachetada, una patada, las lágrimas recorrían incontrolablemente mis mejillas, mi madre suplicaba que se detuviera, pero él no lo hizo. No podía permitirlo más, tomé una decisión, salí agachado de mi cuarto, mi corazón latía agitado, me arrastré hasta la habitación de mis padres y marqué el 112, armándome de valor me dirigí hasta el salón, y con el teléfono aún entre las manos grité - La policía está en camino! - él me miró rabia, cogió su chaqueta y se marchó.

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