miércoles, 19 de noviembre de 2014

El Grito Ahogado

Nuestra voz interior está vinculada con las necesidades y las carencias de nuestro alma, pero desgraciadamente, no todos estamos dispuestos a escucharla. Algo similar sucede con la violencia de género. Un solo grito de crueldad ya crea una incisura irreparable. Cada golpe dado a la persona que dices amar, no importa el lugar o la forma, no es solo un golpe físico. Estás golpeando su integridad, su confianza –la que ella depositó en ti un día–, su moral y su dignidad. Cada lágrima o gota de sangre derramada, es una nueva fisura en su fina alma de cristal.

Y sin embargo, se queda callada, asimilando tus brotes de ira sin salida, porque su voz interior, ha sido apagada.

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