miércoles, 19 de noviembre de 2014

El simpático vecino

En la mitad de la noche sonó un fuerte estruendo. Una mujer cualquiera, que dormía plácidamente, se despertó sobresaltada. "Serán los vecinos" pensó.  No se equivocaba. Los golpes parecían atravesar las paredes, y un llanto de mujer rompía el silencio de la noche. Los gritos que él le profesaba a ella estremecieron a la mujer que referimos al principio que descansaba tranquilamente. Ese señor, que siempre sonreía cuando se cruzaba con sus vecinos en el ascensor, ahora encolerizado, gritaba "puta" a la mujer que decía amar. Ella lloraba, agonizaba, y deseaba con todas sus fuerzas que su vecina (la que dormía plácidamente) hiciera algo para ayudarla. Tocaron al timbre, era la policía. Al rato volvió a sonar. Era la funeraria.

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