miércoles, 19 de noviembre de 2014

Fénix

El humo raspa mi garganta. Aquí fuera veo como todo arde con mi niña en brazos. De lejos las luces de camiones y coches se acercan con sus aturdidoras sirenas, pero yo sólo siento el viento que levanta las hojas otoñales, el viento que advierte al mundo de mi libertad.
Empezó poco a poco, yo lo quería y él a mí, o eso me hizo pensar pero todo cambió. Empezaron las discusiones, los desprecios, los insultos, los ataques y hoy, llegó el límite. Estaba dispuesto a matarme, lo veía en su mirada. La ira lo cegaba, acabó quemando nuestra casa con él dentro y conmigo, lo intentó. Ahora simplemente quedan cenizas manchadas de sangre y recuerdos que no quiero.

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