jueves, 20 de noviembre de 2014

A partir de hoy

Dormir después de más de tres años de pesadillas y temblores nocturnos.
Abrazar a mi hijo con la seguridad de no volverlo a perder.
Olvidar las amenazas verbales y físicas.
Recordar para siempre el momento en que fue detenido.
Vivir.
Soñar.
Todo a partir de hoy.



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