jueves, 20 de noviembre de 2014

La mirada final

Lo peor no fueron los gritos, apenas los oía, lo peor fue su mirada, sólo vio en ella violencia y una promesa oscura pero cierta.
Luego vio a su hija, con los ojos arrasados por el miedo, parada en un charco de orina que el miedo liberó.
El último recuerdo que le quedó de aquel momento fue su propia imagen reflejada en el espejo de la entrada mientras se iba, sujetando en brazos a su hija y allá en el fondo reflejada en su propia mirada y creciendo por momentos vio la decisión, la decisión simple y valiente de que aquello no se volvería a repetir jamás.

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